domingo, junio 19, 2011

T_T


                              Los niños y los borrachos dicen la verdad, pero las canciones aún más.......

viernes, junio 10, 2011

Adió o goooood bye! ya que te gusta tanto el ingles.

 Si un escritor escribe sólo sobre el que después no se queje de que está solo… dice la frase, y bueno debe ser mi ego que surge, se hace notar en este blog, pero también si quiero puedo decir que esto para mi es como escribir un diario, en el que yo vuelco las cosas que siento, pienso y me pasan.

Tengo ganas de asesinar los domingos, más aún me dan ganas de asesinar los domingos y sus ganas de traer el pasado, en verdad. Hoy no es domingo, sin embargo puedo sentir incrustado en mi interior la sensación de un día que debería dejar de existir, los lunes también si se puede, gracias. Tengo ganas de asesinar mucha gente también, y si bien nunca lo hice fue por cobarde o por falta de tiempo, como dice Eduardo, que ganas no le faltaron también. Ahora si me pongo a meditar, pensar, desde un principio mi historia con vos, lo que sea que quieras que fue (sí, estoy hablando en pasado) fue cruzada por la tragedia, por lo malo, me tenías que ver y en vez de eso fuiste a un funeral. Que paradoja.
Si lo pienso aún más no se si nos unía el amor o el espanto, siempre estábamos ahí debajo de tú techo, tu cuarto que se iba transmutando con los años, el eco de esas paredes flacas parece recorrerme como cada vez que me miro en el espejo de tu ascensor. Una vez conseguí tenerte en mi lugar, esa vez que te absorbí sin dejarte lugar ni rincón que quede libre de mí, esa noche no te deje escapar, te apreté entre mis brazos, fuerte, hasta que te dormiste en mi hombro. No podía tragarme la llave y encerrarte para que no salgas más, para que lo último que tus ojos vean y al abrir y cerrar sean los míos. Si ya sé, me fui al carajo ahí.
No sabía que te faltaban unos jugadores, no sabía que tu mayor trauma era el miedo de apegarte tanto a algo y nunca jamás lograr despegarte, no sabía que algo tan simple para mi era tan complicado para vos, no entendía como tocar así y no sentir que se te quiebra la piel, y no ver que arriba las cosas parecían inmóviles, si hubo un mundo arriba, afuera, abajo, y se venía a fuego pero yo estaba ahí, ebrio la mayoría de las veces y sin embargo no me importaba nada, no importaba ninguno de todos mis problemas, no importaba mi otra vida, nada, era totalmente egoísta ese momento en que vos me besabas, me abrazabas y yo sentía tú olor, tú piel, tus besos.
Además de esa peculiar manera de atraerme con tú aspecto, algo infinito me provocaba, se programaba más allá de la forma en que varía el color de tus ojos, Así como un día eran verdes, otros eran azules y otros los más raros, grises. Así también era tú manera de ser, no estoy diciendo que seas bipolar, aunque si lo pienso bien. Tenías esa manía de hacerme saber que en el momento más remoto, en la hora más explosiva, el día impensado, estabas pensando en mí, tenías la cordialidad de hacerme sentir adormecido cuando ya no había nada que pueda curarme lo que tanto me afligía. Tenías y todavía tienes esa capacidad, de hacerme sentir eso y mucho más, pero yo ya no quiero sentir más nada.
Decidí después de ser mordido muchas veces a lo largo de estos años por tus afilados colmillos, decidí asesinarte doce vampiro. Prefiero el recuerdo, prefiero retirarme vencido pero con la certeza de que lo intente, intente y te mostré quien era y de que era capaz, fui paciente, fui un perro bueno. Me desvalorice, me sentí un cuero viejo, a veces podía sentirme, saberme, colgado de un palo boca abajo y sentir como la piel iba siendo estirada, con cuidado con un cuchillo bien afilado hasta dejarme desnudo, frágil y vulnerable. Aún conciente de que yo valía mucho más que toda esa mierda que vos me demostrabas valer.
No sé si un día vas a leer esto, ni me importa, pero un domingo después de tú mensaje me dije a mi mismo, nunca más volver a molestarte, nunca más dejar que me hagas sentir que no hay cosa que me guste más que tú piel, y que después me lastimes. Entonces 29 de febrero, soledad morbosa, canciones del mago, te digo Adió. Aunque ciclotímico como soy, te puedo decir también que quizá este no sea el final, sino un nuevo comienzo. Para mí al menos.






P/d: Nunca te lo dije pero te ame y te ame mucho, hasta sentir hervir las costillas. Hoy ya no quiero sentir más nada.