lunes, septiembre 30, 2013

Y vine volando

 En el mundo donde habito me gusta creer que la señal es verde,me gusta ese recuerdo de que yo tenía razón al final y las cosas terminan como yo quería. Por la ventana no pasa nadie, es de siesta y el viento sopla fuerte desde el hipódromo,  vos me miras y quién sabe qué pasará por tú cabeza. Yo sólo tengo la certeza de que quizá en el mundo donde yo habito vos me amaras. Tengo la fantasía aún de que yo cierro la puerta del ropero y en vez de ponerme la remera me doy vuelta y te beso.
 Las milanesas me gustan con ensalada o con pure de papas, si las preparas vos me gustan el doble. Camino por las escaleras, es más cómodo en tú pieza, en tu cama desarreglada, en tú almohada sin funda. Las cámaras analógicas me gustan mucho pero si vos me explicas cómo funcionan no entiendo nada, sólo puedo mirarte las facciones del rostro, una por una, parte por parte y apreciar lo que veo.
 En el mundo donde habito no te da vergüenza contarme las cosas que te pasan dentro y yo puedo saber qué sucede por allí y no te siento tan lejano al besarme cuando nos saludamos de despedida.
 En el mundo donde yo habito tú vida tiene más sentido y sos muy feliz. Y yo también. 

martes, septiembre 24, 2013

una canción para vos

"Tus besos después de meses, tus manos después de otras manos, tus -holas después del adiós vuelven invierno cualquier verano. Tus lapsus con otras lenguas, tus chistes con otras risas, tus nubes con otros cielos vuelven rastrillos tus viejas caricias" 

sábado, septiembre 21, 2013

mi amar

vos me amabas mi amor
en cada beso 
en cada abrazo 
vos me amabas 
en cada palabra 
en todas las cosas que juraste
en todas las cosas que queríamos
yo deseaba mucho a una
yo deseaba la materialización 
eso que sería nuestro
nunca paso
nunca va a pasar
no con vos, al menos
quién sabe si me vuelva a pasar
ya no espero nada 

viernes, septiembre 20, 2013

Enero vive

  Los pelos largos llegaban hasta las rodillas, eran castaños, los ojos eran verdes, las piles un poco oscuras, las plazas estaban vacías, de vez en cuando se escuchaba pasar una bici, como no queriendo ser vista. Las noches eran pálidas, de parlantes de auto y asientos recostados. Los perros ladraban, estaban al fondo siempre. A la hora de la comida la tía nos deleitaba con ricas comidas, a veces salíamos a pasear en silencio y nos escondíamos entre los arboles. A veces nos íbamos a la ciudad o a lo de la abuela. Canciones de moda sonaban en la radio, canciones muy lindas, y American life, el último disco en ese entonces de Madonna, que no aguante y me lo compre. 
  Me acuerdo de ese momento que nunca supe si era real, si fue así como yo creía, después recuerdo que discutimos o paso algo, razón por la cual no nos hablamos toda una tarde o por un periodo de horas y yo sentí que moría. Las preguntas incomodas no faltaron, como no falto mi pelo rubio decolorado por agua oxigenada al mango. Nos escapábamos a la plaza a fumar, nos sentábamos en el medio a pitar y pitar. Para ese entonces ya me sabía de memoria cada parte de su cuerpo, la forma de los brazos, la parte del hueco en el pecho, las tetillas, las piernas, la nuez de adán, la marca entre las mejillas, las cejas turbias, los ojos fijos. 
 Recuerdo que cuando estábamos llegando al tramo final del viaje yo me guarde una hoja de un árbol, que aún guardo, la guarde como una forma de saber que aquello fue real.  En la ida me recosté en sus hombros, y sentía que quería el viaje dure para siempre, nos hicimos los dormidos, como todas las veces, dormidos, adormecidos, desentendidos, inconscientes, latentes. Entre esos días me había contando de su sueño, donde estábamos su hermano menor y yo, y nos caíamos de una montaña, de una altura, y me dice que casi se muere por el hermano,- ¿por tú hermano nada más? - pregunte.-Yo me muero si a vos te pasa algo- contesto. Y esas palabras quedaron, crearon un silencio en mi cabeza que aún hoy retumba.  
 Fuimos a lo del tío más joven, que tenía una familia joven, una mujer hermosa, hijxs, una casita con patio y perros, nos charlo un rato y nos contó de esa vez que casi entro a una de las fuerzas coercitivas del Estado, y que entre las pruebas que les hacían, les abrían el "libro" los médicos para chequear que todo estaba bien ahí. Les miran el hoyo, y nuestros ojos se abrieron grande al imaginarnos esa situación, horrible. Fuimos a lo de la abuela, paseamos por el campo, nos sentamos en un árbol caído., nos miramos por un rato, hicimos chistes al respecto y volvimos. Escuchamos la radio, nos peleamos un rato, nos frotamos un rato entre lucha y lucha, y dormimos en una cama de dos plazas pegada a una de una plaza y media. Antes cenamos con la abuela y miramos una película pero no la terminamos de ver. Un sábado fuimos a bailar, bailamos, tomamos algo, reímos, no recuerdo la vuelta. Recuerdo que me me dio gripe después, recuerdo que nos quedamos tirados charlando hasta que me puse mejor. 
Yo no quería volver, eso había sido lo mejor que me había pasado y volver implicaba volver a la realidad, volver con los demás, volver a toda esa vida que nos habían creado y no nos dejaba ser. Quería regresar a cuando estábamos cagados de sed y hambre ese mediodía, y fuimos a un bar muy lindo y nos comimos una hamburguesa gigante con gaseosas de vidrio.  

lunes, septiembre 16, 2013

Flor de Otoño

Que ni la dictadura de Primo de Rivera la pudo detener, 
o sí? asesinaron, la fusilaron por luchar a la marica, 
en la España de 1920, 
de lo cerca que se estuvo de que todo cambie,
cuando ardían y ardían,
allí el, ella, o como quieras decirle
era abogado por las mañanas 
era vedette por las noches
era el sueño libertario con ansias de acabar 
la opresión 
la represión en la península y una posibilidad. 
No sólo renunció a su condición de varón
también a la de elite
a la hipocresía 
tener tres vidas para ello
la de vedette, la de abogado, la de anarquista 
"vamos al cafetín a ver a Flor de otoño brillar en el escenario que entre mueca y mueca de sus canciones va predicandoqué es ser diferente". 
Recién terminada la dictadura de Franco en España, corre 1978
y el cine de la diversidad rinde culto llevando a la pantalla la historia REAL 
de Flor de otoño. 
Y para la historia nunca existió Flor de otoño, en su especie de rebeldía no legitimada ni por sus colegas, en su afán de saber que  lo personal es político y que mejor para ejemplo que sus acciones.
 Lluis Serracant fue Flor de Otoño, existió sí, lucho sí, Flor cuestiona la identidad, cuestiona la propiedad privada, cuestiona la esclavitud política y económica, pertenecía a la clase alta y luchaba por los derechos de los trabajadores, por condiciones de una vida digna para todxs, aún así eso perjudique los intereses de su familia, los dueños. Aún a cuestas de perder eso que ama tanto, el amor de su madre.  
La resistencia presente en esos años donde la crueldad era amo, señor y esposo, el arco iris cuando todo era blanco y negro, resistir e inspirar tantos años después, para la memoria de lxs olvidadxs.  Homosexual, subversiva, rebelde, digna, incómoda, “Flor de otoño” habla por las voces de lxs invisibilizadxs por las mayúsculas del Poder y de la Historia.