miércoles, febrero 20, 2013

Verano IV

 Que cosa con la nariz, que fumo un montón e igual los olores me persiguen, lo más extraño
de reconocer olores en el estomago, que se me doblan las tripas al sentirlos, al recordarlos, son parias que me sacuden como si me levantaran con agua helada. 
 Cuando abrí la ventana hoy, la lluvia caía como si fuera a caerse el cielo y las personas estaban abrigadas, parecía invierno, abrí el ropero para sacar ropa limpia y casi se me cae la alcancía, con nombre de destino incluido, espero, ese destino sea real, estoy cansado de planear destino o cosas que nunca llegan a nada. 
Es verdad esas cosas de planear, a veces es mejor no saber, yo hace mucho que ya no quiero saber, si ayer donde lloraba de alegría hoy paso y escupo esa vereda entonces la vida da tantas vueltas que, ¿para qué saber?, y sí sabes mejor ir precavido aunque tengo en este mismo momento otra de mis contradicciones, después voy a mi reviento, después voy a "que sea lo que sea".  
 Tengo esa sensación de querer moverme, esa sensación que me lleva, me impulsa y materializa, ganas de hacer cosas, lo mejor de cuando ideas algo en la cabeza y después lo podes palpar, después eso cobra forma, bueno eso me pasa cuando pienso en lo mandado que soy, de un día estar en este mismo momento donde escribo y escribí otras veces, en la cocina, con mi cenicero horrible, con los mates, con unas galletitas con dulces, solo con mis pensamientos y al otro ahogándome en ríos a cientos de kilómetros de aquí. 
 A veces siento reconocer cosas con mi nariz, no es que sea grande ni tenga  poderes, pero pero sentir un olor y sentir pertenencia, sentir el pasado, transportarme inconscientemente a otros momentos, a otros lugares a otras circunstancias, se siente muchas veces muy bien, y otras veces se siente doloroso, melancolía. Hay olores que me vuelven vulnerable, como la verdad me vuelve vulnerable, me hace sentir desnudo, aunque me viene bien así dejaría de sentir pudor de mi cuerpo de una buena vez y forjarlo tal como es, sin embargo cuando me veo al espejo me doy cuenta de que nunca lo hago, mirarme. 
 A las personas nos gusta joder con esa cosa del "destino" del Maktub, de creer que las cosas son así por la naturaleza de que debería ser así y ya, en cuanto a el hecho de cómo suceden, no van a ver que hay un montón de circunstancias que llevan a eso, un motón de mecanismos que son construcciones sociales y que se quieren o muestran como si fuera así, natural. Natural ni una mierda, si en cuantas cuestiones me veo obstaculizado y no es algo natural, no es natural que mi identidad sea objeto de burla, no es natural que no consiga trabajo, que me deba preocupar sólo por determinadas cuestiones, que mis gustos deban ser cuales y que exista toda una industria para ello, sea legitimado o no por la sociedad, para consumir si es apto. 
Me llama la atención de cuando no me puedo explicar cosas, cuando hay cosas que superan lo que olfatee con la nariz, lo que sea considerado como bien o mal, cuando supera las construcciones sociales, me llama la atención sentir pertenencia, sentirme como la pieza de un rompecabeza, encajar justo de la forma como si fuéramos piezas de algo. Es como una canción que escuchaste una vez y te retrae a otro momento. 

martes, febrero 19, 2013

Verano III


De los mates calientes con calor pase al frío del tereré, de las noches iluminadas y solitarias pase a las oscuras en compañía, de los días de espanto pase a las tarde de espera de la sonrisa, de lo tibio, confuso, pase a lo inseguro e inestable, fui tantas veces bipolar y una vez me case con un hipocondríaco.  
 Del sudor espeso de colchones sucios pase al plástico del sillón pegajoso que raspa en los bordes rotos, del grito resignado entre azulejos  pase al pasto verde surrealista que te arrastra hasta un árbol con un gato colgando de sus gajos. Del déja vu al pasar por una esquina pase a la historia que lo confirma, de la desesperación aturdida del zumbido a la quietud que me consuela al compartir esas almohadas viejas. 
 De un amor moldeado hecho al azar y programado en lo cotidiano, reforzado por los años y apretado en la confianza pase al poliamor inconsciente, no planeado, que desborda en el ardor. De la soledad que asusta en el espejo pase al espejo empañado con tú cuerpo en el reflejo, pase a mi toalla húmeda, paso a tú camisa con mi olor. 
 Ahora siento que explotaría por volver a verte.  

viernes, febrero 08, 2013

Verano II

Estoy en ese viernes con un pucho en la mano, sentado esperando en la entrada mientras el portero me mira sabiendo, estoy en ese viernes en esa plaza sin estatua en el medio, tomando una birra, comiendo helado, mirando los autos pasar, deseando.
Estoy en ese viernes atrás de un puesto de diarios, saltando una muralla, estoy en ese viernes volviendo a dormirme solo pero feliz de que mañana será viernes de nuevo.