Memorias- hoja 1- cuaderno 1 Año 1975
Al poco tiempo lo lleve a casa, temía por la mirada de mis padres, por que no les gustara, él venía de una "buena" familia y eso al final les gusto, en ese momento ya no me importaba eso, yo lo había conocido y su humildad y simpatía había conquistado mi persona, más que su aspecto. Me sacaba al cine, a bailar, acompañada de mi madre, claro, a veces al cine si íbamos solos, por aquellos días comencé a fumar, lo cual debo admitir me encantaba, era la primera libertad que me dí en mi vida, además de Leto, claro, mi futuro esposo.
Era una ignorante ante el mundo, y él fue mi maestro, de la vida y del amor, a los veinte años quede embarazada de nuestro primer hijo, Dario, que a causa de mi tabaquismo nació prematuro y peso sólo dos kilos y medio. En un abrir y cerrar de ojos yo era una mujer casada, madre y docente.
Memorias- hoja 7- cuaderno 3 Año 1978
No tengo idea qué fue de mi esos días, yo estaba bloqueada. Hacía pocos meses había nacido Sebastiano, mi segundo hijo y nos habíamos mudado al campo por qué empezamos a trabajar en una escuela rural. Leto decidió dedicarse más al campo y viajaba mucho vendiendo algodón en su nueva camioneta, por ese entonces Formosa era la capital del algodón. Bueno yo me encontraba sola, trabajando con cuarenta alumnos, dos hijos y veintitrés años, en el medio de la nada, sola. Hacía todo lo que podía pero la soledad termino por abrumarme, consumirme, y empezaron los bloqueos, malestares, molestias. Una tarde el volvió y yo lo esperaba en el patio abrazando a nuestros chiquitos, el bajo con una cámara de fotos que había adquirido a cambio de una ternera que le regalo mi suegro, y al bajarse lo primero que hizo fue sacarnos una foto, esa foto que marcaría para siempre, el día en que todo cambio.
Memorias- hoja 2 cuaderno 8 Año 1982
Mi vida parecía volver a la normalidad, la casa en Ibarreta ya era todo un hecho, el patio y los planos, soñamos con esa casa con Leto desde que nos fuimos de lo de mis padres, embarazada y todo yo no paraba, a diferencia de los otros dos embarazos esté era como más liviano, menos molesto, por lo cual rápido empecé a darme cuenta de que podría ser una niña. Sebastiano había estado un año con mi madre, yo había estado enferma, al parecer un mosquito me había picado, y el mosquito transmitía no se qué enfermedad rara, y por mucho tiempo no supe qué tenía, mi vida era un calvario, y Sebas era muy chiquito para que yo lo cuidara. Esa tarde de octubre,un año después de la foto, y de mi lucha, decidida pase por lo de mi madre, y le dije "ya te lo traigo", y nunca más se lo volví a dejar. Hasta el día de hoy me reclama por su "hijo".