jueves, julio 22, 2010

ROMPECABEZAS

  Noche, música fuerte, un barrio, mucha gente, sexo, alcohol, más sexo, motos, más alcohol y para completar el combo, a unas casas, la muerte. Para entender todo esto hay que hacer un retroceso, ahora en la actualidad la victima del combo no se encuentra presente. Así que me la voy a imaginar, voy a pensar en ella cada mañana de días anteriores a esa, su última noche, la voy a idealizar con mis recuerdos.
  Era una fina línea delgada pálida, era nostalgia pura de sus padres mestizos hecha piel leche en los rasgos de algún abuelo. Ella, no tengo el coraje de decir su nombre, era hermosa.
No fui a su fiesta de 15, en esos días ya no la frecuentaba ni en la escuela ni en el secundario, no se, seguro yo andaba muy perdido en esos años en que el amor es un error de las hormonas. Lo que si sé es que en su fiesta de quinceañera bailo con su pancita de meses, bailo el balls abrazada a su padre, esa noche con su sonrisa muy poco casual puede habrá tocado su hombro, mientras se sentía la persona más feliz del mundo.
De esos años hasta un tiempo antes de esa trágica noche de diciembre, no supe nada de ella, le había perdido el rastro. Nunca tuvimos nada que ver, al final solo éramos conocidos de la vida. Claro que en términos generales sabía muchas cosas de su actual contexto, sabía que el tipo que la enamoro era unos cuantos años más mayor, sabía que fue madre dos veces, también que se había mudado a dos casas de mi abuela paterna, y sabíamos todos los del barrio que ella a él, ya no lo amaba.
La última vez que la vi, creo que era de noche. Cruzo por en frente mío y con rostro preocupado observo que yo la había visto, no quería ser vista, si su mirada de “no quiero que me veas” me llamo. No me hubiese llamado la atención para nada verla, pero vi eso y en mi un montón de cosas se reprodujeron y entendí el por qué de sus ojos asustados. No voy a dar más detalles.
Puede que los ruidos turbios ayudaron a opacar sus gritos, la vecina más chusma del barrio cuando en verdad tenía que gritar a los cuatro vientos lo que su radar de murciélago había detectado, la muy, no lo hiso, se limito a cagarse en las patas. Ese día antes de lo que sería la supuesta noche buena yo andaba despreocupado descuidándome, en un estado subconsciente de quien es libre para reventarse contra la pared, bueno, esa noche loca con mis compañeros de promo estábamos de fiesta, sin saber que la parca se nos paseaba a unas casas.
  Me voy a situar en ese momento, esas horas exactas: será qué el hermano mayor tapaba los oídos del chiquito, o si ella alcanzo a ver los mosaicos que se cubrían con sangre. Cuál fue su pensamiento antes de que el en su rol de marido machista e impune se supuso dueño de su vida y la asesino para después arrastrarla al baúl de un auto e intentar quemarla en un campo para no dejar rastros. Cómo puede un tipo asistir a la cena de navidad de los padres de su victima, la noche después del crimen y mandarles mensajes haciéndose pasar por ella para decir que esta bien, si bien estaba, bien muerta. Cómo puede hacer cómplice a personas inocentes para después arruinarles la vida. Se la cago a la chica, se la cago el mismo, a sus hijos y a toda su familia.
Un tiempo después asistí a la misa en frente del lugar, ese lugar en que se había desarrollado la tragedia y curiosamente en el yo tengo miles de recuerdos de mi infancia. Miles. En ese mismo lugar se perpetuo el acto macabro en que el arranco para siempre los sueños de esta bella dama, y buena, con toda una vida por delante y tanto amor para dar. Observe espantado la puerta y las ventanas, observe y escuche a su madre, me acorde de que me habían dicho que un tiempo antes, ella ya en su intento por alejarse de el pidió volver a su hogar de niña y no se qué paso pero ella a ese hogar no pudo volver. Llantos y caras arrugadas, olor a dolor y lamento, escusas.
  Casi me olvidaba, unos días después de que se supo la verdad de todo en el pueblo y su nombre figuro en los diarios de la capital de mi provincia, me encontré con una chica, su rostro me resultaba familiar, como la mezcla de dos personas que yo ya conocía. Ella tomaba la cinta que arrancaba con sus labios y pegaba en los postes de luz una foto, que iba acompañada por la palabra justicia. Eso fue de lo más fuerte, era su hermana.
Incertidumbre y melancolía me da de pensar en dónde quedaron todos sus sueños, escalofríos. Nunca nadie se imagina que la vida te puede deparar un final tan horrible, tan pronto, tan desprotegido. Dónde estaba dios en ese momento, sentado en su paraíso haciendo lo único que aparentemente sabe hacer, mirar. De qué sirve un dios así, no se. No se tampoco como todavía hay gente que se come el cuento.
  Yo la voy a guardar en mi mente, como la niña con la que jugaba en los recreos en las tardes de escuela. Como la niña que con sus encantos alguna vez me llego gustar y era así, tan simple, tan ella.
  Noche, música fuerte, un barrio, mucha gente, sexo, alcohol, más sexo, motos, más alcohol y muerte, me queda ese rompecabezas de esa, una noche más de verano.


viernes, julio 16, 2010

CONCIENCIA!


Desde la perspectiva de las plantas y de todos los animales, la humanidad es una gravísima enfermedad del planeta. Visto con ojos de conejos, de hormigas, de ciervos, de perdiz y de pollo, incluso contemplado por la bestia más atroz, el hombre es el bicho más voraz, el que nunca se detiene. Ha sustituido el instinto por una inteligencia frenética y ésta le lleva a rebasar todos los límites de la crueldad hasta hacer de la destrucción un deporte. El corazón de los robles y de los álamos, el alma de los coliflores y de las lechugas, lloran de espanto cuando sienten que el hombre se acerca.

Hasta el fondo del mar llega el buzo con un arpón, y el pez perplejo en su cueva, se pregunta porqué se toma ese ser tantas molestias para matarle. Y no sólo bucea armado.
El hombre también vuela con garras de acero y emponzoña la atmósfera, perfora la corteza terrestre y exprime todos sus líquidos, por todas partes va dejando un rastro de muerte sólo compensado por el frenesí de la propia reproducción de su especie y ese deseo de sobrevivir es el viento que de noche se oye soplar con más furia en las ciudades. Al principio, el ser humano se apareaba en valles fértiles. Ahora realiza esa labor en los infinitos sótanos de cemento, es uno de los tantos ecos que produce el asfalto junto con sus chirridos de caucho y ese sonido convulso del amor humano significa que la plaga no parece tener fin.
Pero ahora en el fondo de los manantiales puros y por el alma de los ríos y mares por las entrañas de los animales y la savia de los árboles, de pronto se ha comenzado a correr una gran noticia. Se dice que un virus heroico se está enfrentando el solito contra toda la raza humana. La naturaleza lo ha dotado de conciencia y armas terribles para acabar con esta amenaza del planeta. Existe un gran alborozo en la raíz de todos los delfines, aves, koalas, pandas, leones, en fin todos los mamíferos, vegetales, fuentes, valles, montes, islas, litorales, bosques y desiertos sin olvidar a ninguna de las fieras. El virus del sida tal vez pueda detener a la humanidad, y en el corazón de la naturaleza hay por ese motivo una gran fiesta.

miércoles, julio 07, 2010

Creación

El tipo que hizo este perro mundo se cree un dios. Cualquiera en su lugar, por pudor, hubiera callado, pero él insiste a través de sus representantes en la Tierra en reclamar para sí toda la gloria de este invento. Respetémosle la patente. El tipo montó la vida sobre la muerte, de modo que es imprescindible matar para vivir; cinceló el dolor en *la carne de sus criaturas con el gusto de un orfebre; también les regaló la abyección moral. En el camino hacia la destrucción sembró algunas flores y supo imaginar la crueldad como una de las variaciones del placer. Luego mandó que el sol cada mañana se paseara con cierta lentitud por encima de su obra. Los pájaros comenzaron a cantar y todavía no han parado. Ante semejante situación caben algunas posturas: hincar nuestras rodillas en el basurero y entonar alabanzas en honor al fabricante de este tinglado; colaborar con él arrojando cuellos de pollo en las cunetas, espumarajos de petróleo al mar y toda clase de ponzoña en el aire, hasta completar el exterminio total del planeta, o trazar en señal de protesta una línea imaginaria de belleza, convertirla en una barricada y construir detrás de ella un sueño desesperado. Si allí un día decides apartar la suela del zapato para respetar la vida de una hormiga, serás más imaginativo que el supremo creador, y ese acto de compasión se convertirá en una provocación universal. Después, con la ternura podrás .levantar un nuevo reino en medio de la ruina de todos los seres. Adorar a las lechugas antes de devorarlas, sentirte hermano de los tiburones y de los berberechos, llorar de emoción contemplando el musgo de la pared cuando la aurora lo ilumina, reflejar tu alma en los ojos de un perro, caer de hinojos ante cualquier sembrado y coronarte de ajos, saber que tu cuerpo es también el fondo del mar lleno de algas y peces fosforescentes, burlarte de la suerte de morir para hacerte inmortal sólo lo que dura el salto de un delfin. Cada mañana un mundo mágico a tu imagen y semejanza volverá a crearse a partir de un sentimiento de piedad. Ésta es la últinia barricada.

martes, julio 06, 2010

A causa de tripas inquietas suicidas

Estoy mirando desde un costado salido de mi cuerpo como se van deformando las cosas que creía tener bien encausadas en mi vida, no se en qué momento se empezaron a quebrajar, se comenzaron a fundir y se esparcieron en destellos que dieron eco a mi mente. Debe ser el momento de renunciar al pasado y de una buena ves por fin poder despegar de esta silla a la que sigo atado y solo me hace girar en el mismo lugar mientras hostigo mi paronama tan cuadrado, hay un mundo ahí a fuera dispuesto a comerme hasta sacarme la última gota de sangre, sediento de que cada cosa que voy a vivir nunca más se va repetir, es una secuencia que no hay manera de volver a repetirla, por más que un día me recreen nuevamente, eso que paso, paso y no hay manera existente ni descifrable en que la mente vuelva a vivir lo mismo en ese mismo momento y de esa manera.

Puede que vos no entendiste que esa mañana en la que pensaste que morías, en realidad estabas naciendo de una nueva manera, lo único muerto ahí en esa cama era el olor que se iba desvaneciendo de tú piel y se cubría con el mío, no ves que no hay nada qué entender, el pasado paso y si mi vida cambia no hay que hacer más nada. Siempre observe con atención como al mundo le cambiaba el contexto y sin embargo yo seguía tranquilo y cómodo en mi bote, hoy me toca a mi esto que no se puede frenar ni predecir, ya no doy consejos a cerca de cómo se deben hacer las cosas, “concéntrate en esto y hace aquello”, “dedícate a tu cuerpo”, “aprende más cosas”, “lee tal libro”, “anda a la esquina”, ya no puedo decir esas cosas, ahora entiendo, ahora es cuando sé que tu mente sigue en ese mismo lugar mientras las personas y los objetos se mueven rápido como cuando adelantas la película. Ahora entiendo que en ese momento no podes entender absolutamente nada.

Aún con un poquito de pasados los veinte años, varias son, las cosas que me cuestan manejar, vuelvo a ese lugar en el que cometí ese error, no de la misma manera ni con el mismo sentimiento, es un dolor al que estoy acostumbrado, pero este mundo en 2.000 años de historia no pudo, por qué podría yo, es muy ambicioso de mi parte. Las equivocaciones que salen de mi interior y se proyectan en la realidad que golpea las paredes de quienes andan en mis ratos, es una muralla en la que se trepan a observarme un toque, caras grandes que sonríen y con los ojos bizcos te ojean como siempre, el pequeño instante que te dedican. Egoístas.

No quiero que nadie me solucione la vida, por más que yo quiera algo fácil nadie me va a poder desenvolver este rollo que se aplaca con el paso del tiempo y altera mis funciones, me deja inmóvil, estancado, y del que sin darme cuenta me voy desenvolviendo, puede que parezca que me contradigo, trato de ser lo más claro posible aunque mi vida este plagada de oscuros, oscuros que en largas sesiones puede que un día se hagan luz y me den la oportunidad de asesinar traumas y dejar volar frustraciones, me dejen entender que cada cosa que me pasa hacen al camino que no se si es el que quiero pero si el que necesito recorrer.

Seguro estoy de que este amor es igual al que algún mercenario sintió por alguien que no lo quiso comprar, este amor se envuelve en una alfombra y es representado mil millones de veces en ese mero acto que nada significativo tiene comparado con sus cosas más importantes, este amor se reprograma para nacer en otro cuerpo, este amor es un andrógino tan puro de patas chuecas y lentes de sol. Este es el amor que yo siento por la vida, por mi presente inconcreto e incorrecto según el cristal con el que se mira, pero mí texto es esto, y no lo voy adaptar al guión de unos viejos chotos que con promesas falsas pretenden manejarme, prefiero seguir a mis tripas, ellas me indican con sus movimientos lo que es en verdad.