martes, junio 29, 2010

Inspiración Amparanoia

  Tengo tantas cosas por dentro que las somatizo en el cuerpo, las somatizo también, en las facciones de mi rostro que al son de unos labios retorcidos en botox expresan como con asco de resignación lo que la vida me escupe a la cara. Me quedo en mi lugar aunque le busque las mil vueltas que tiene mi espiral del silencio, yo, juro le busco la vuelta, y sin embargo me quedo en mi lugar, siento y no siento a la vez el paso del tiempo, en unas me da como que el paso de los años hizo que ya nada será igual y en otras me reviento nuevamente contra la pared, así que, una hora más, un año más en que me quedó todo oscuro de nuevo, y de nuevo a sentir el dolor y beber de ese dolor, ya masoquista.

 Ante la oscuridad me calzo un par de botas de cuero negro con medias red, le agrego a eso un toque vulgar con unas portaligas de color rojo furia y por último, una tanga blanca que se me flipa en el orto, antes también me arrebato con esa tanga lo último de moral católica que me quedaba, el recuerdo me queda poco después de eso, más aún cuando con mis manos temblorosas sujeto con fuerza el látigo para autoflagelarme, por que si no duele de nada sirve tanta producción, si no duele no se aprende, dicen.
 Los ruidos de ver la vida pasar no me permiten hacer nada, me limito a bailar al ritmo del día que me toque bailar, y la bailo con quien mejor me sepa llevar, la bailo muy sexy, la bailo como en un transe en el que se invocan almas morenas desangradas de siglos pasados. Y me quedo de nuevo en mi lugar, me quedo de nuevo con las victimas de mi tira de cuero negro de vaca infeliz, me quedo con mis portaligas vulgares, me quedo en tetas, con las tetas al aire, bien grandes y de chichis paradas, para que así algún pervertido cruce y me las chupe, se sumerja en ellas y con la punta de la lengua raspe los aros de mis pezones.
 Empiezo de nuevo, bien temprano peino mis pelucas rubio muñeca, rubio tiene que ser, un gato rubio forrado en látex y cuero negro eso soy in the night, eso soy para los demás, al menos yo no tengo doble moral como esos que colocan la comida y el futuro que les falta a sus hijos, en la tira que separa mi entrepierna de mi sexo, los mismos que azote, pasivas, la noche anterior y por la mañana de camino a casa, me los cruzo por las veredas de la sociedad, predicando en algún lugar, los veo colocar las fichas y mover cada peón, son pues los dueños del corral, en las noches este gato rubio, antagónicamente, los mese en sus brazos para después de dormidos golpearlos hasta exprimir sus escrotos.
 En la noche empieza mi nuevo día, al son de algún hit del momento, de ese color fluor que sirve de carnada, de ese perfume de imitación barato que se confunde con el húmedo olor de los plásticos de un preservativo mal abierto entre mis medias. Y eso, lo más importante, los lilas, esos lilas a los que me volví adicta y por los cuales vendí mi alma al diablo, hacer dinero es pues mi tarea, hacer dinero con lo que sea.

“Mira si no soy pobre que no tengo ni pa tabaco, por no tener no tengo ni casa ni trabajo, Mi nombre no aparece en la lista del paro, pero al caer en la noche yo voy calle abajo, cantando, in the night, in the night, in the night, in the night, in the night”.

 Cuando era joven, hoy mal que mal, me queda el recuerdo de ese joven niño que un día fuí y al que ya con desprecio la madre observaba mientras golpeaba por marica confeccionador de ropitas y el padre abofeteaba por pintarse las uñas, me queda el recuerdo de ese morocho machito que entre las chapas de un baño tipo letrina me permitió que lo penetrará hasta mancharse con su esperma, para golpearme después por ese placer extraño, anormal que mi pene le dio y por lo cual me odiaba. Mal que mal me queda la ironía de la vida, me queda la noche, me queda mi lugar, me queda ser eso.

Atte:

Anónimo/a

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