La vida tan sólo había creado un monstruo, yo era y lo sabía, hasta lo admitía en mis interiores, un loco solo, con mucho que querer dar, que querer aprender, sin embargo muchos años de despreocupación e ignorancia me dejaron terribles baches postraumáticos muy difíciles de recuperar. Qué era este monstruo que se presentaba ante mí, qué era eso que siempre demostró buena predisposición para con los demás y me escucho en varias oportunidades. Era de verdad eso: un bicho feo, rapaz, que sacaba esta opinión en mí, o eran todos monstruos al acecho de alguna acción perdida en las sucumbas de algún sábado entre tanto humor negro.
Y les importa nada, bueno a mi tampoco, por algo debo de ser integro de tal selecta secta, debí haber sido afectado como de selección natural o es como cuando dicen las lenguas de los más antiguos, dios los crea y el viento los amontona, digo yo, en mis fondos más oscuros de donde a veces todavía creo palpitar algo, ¿es nuestra culpa todo esto?, ¿somos realmente culpables de nosotros mismos como generación?, ¿nos producimos así, despreocupados, sin sentido de la vida, desesperados, egoístas, ignorantes, fiesteros?, ¿es esto lo que habíamos planeado como efecto de lo mejor de nuestros objetivos?, ¿de verdad lo es?, que camino más transitado, más trillado, más menopáusico.
Nunca había prestado atención, justo te observe ahí de esa forma tan mediocre, del masoquismo sabía que era más que obvio que te encantaba, tus pieles sedadas de golpes autogestionados se amoldaron a los años como sucede con la moda, aunque te quedo un último detalle, simple, y el más importante, neuronas. Sentí pena, pena de verte de ese modo, pensé en que me hubiese gustado como padre que nunca fui y seré cuidarte como ese hijo que, puede nunca tenga. Nunca te permitiste pensar por fuera de eso, no te diste cuenta es como lo normal para vos que todo sea así, y da pena, mucha pena lo triste de tu situación, expuesta así de ese modo en que nunca vas a salir de tu burbuja.
¿Entonces es de verdad nuestra culpa?, ¿es verdad mi culpa no saber el nombre de quienes nos gobiernan? ¿Verdad que no me importe? ¿Verdad saber qué verdad no voy a utilizar nunca y lo cual me hace hijo del patilludo? De qué te sirve tanta verdad, ¿qué es lo que se propone tú cerebro vacío?, cerebro sediento de ideas revolucionarias que se fundan en las parías de quienes en la vida llegan a poder madurar, gracias claro, al azar de este planeta tan oportuno, no sabía hasta que podía escribir así, sin irme por las ramas, sin irme lejos de esos lugares cercanos.
No te vas a mover, no te vas a ir más allá del camino en que te dejan transitar, y crees ir en contra de lo establecido cuando son miles los que van por la misma ruta, ya lo habían hecho, treinta años atrás, así que no se dónde esta lo revolucionario de tú vida, no se, no le encuentro nada nuevo. Vas a terminar igual que todos, va a ser así de aburrida la ira con que se manifiestan tus días, la felicidad se te va a limitar al materialismo puro, a la poca fracción de amor que te puedan llegar a dar, y a eso te vas a sublevar como si fuera el tesoro más grande del mundo, cuando lo único que te dan son migajas, migajas de ese amor que nunca vas a conocer en verdad con profundidad.
No es tú culpa, ya te programaron así, ya te hicieron así como en una fabrica, hay un mecanismo que te programa, te instalan así, te ponen el chip en la parte del cerebro que va debajo de instintos como comer, beber, reír, llorar, sexo, adicciones, frustraciones y ganas de adquirir. Ahora, hay que agregar que te dicen cómo opinar, que te dicen qué es política y qué esta bien según el mismo rollo del que todos tiran, y por qué eso es supuestamente la bondad, el bien, vos estas ahí pero nunca vas a criticar en verdad las cuestiones que envuelven a ese circulo del que formas parte.
“Aislado en una burbuja leo entre líneas que nada va a estar mejor, y desde mi casa en el aire todo me huele a que se pudrió”.
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