domingo, noviembre 14, 2010

SUGAR!


Abrazo la almohada, es verdad, también lo es que me abrazo yo solo, y duermo en la misma posición como si fuese que vos estas en mi espalda, y yo pegado ahí puedo sentir esa seguridad, esa paz, ese amor absoluto e incondicional que solo en tus brazos sentí.
 No me canse de vos, amor, me canse de mí, me canse de ser un asqueroso, un hipócrita, un inmaduro, y por sobre todo un cobarde.
 Y me arme de lo que no tenía para intentar llevarme  el mundo por delante,  me olvide mi amor egoísta por vos, ese amor que hacía que todo lo hermoso de este planeta tierra, a tu lado sea opaco,  me dejé arrastrar por la costumbre que me saturo y comencé  a ver las carnes flácidas aisladas entre cuatro paredes hasta querer correr de ahí, hasta escupir bien alto como niño ingrato.
 Las señales, las actitudes, las muecas, los gritos, la locura, la frialdad, el aburrimiento, el aislamiento, la juventud, todos indicios de que estaba desgastado, raspado, roto, desvalido, y demás síntomas. Un día me levante luego de un largo proceso, ya no era yo, vos eras vos pero yo era esto, este bicho raro que ahora escribe, que ahora anda suelto por ahí, y se pregunta si será este el camino que quiere recorrer o el qué necesita, y se pregunta dónde fueron todos esos sueños que tenía con vos, con tú persona, en qué momento dejamos de ser, en qué momento te descuide, en qué momento me descuidaste.
 Retrocedo, vuelvo mi mente a ese tiempo, no hace mucho, cuando me dicen dónde estabas en tal año, y yo no se dónde estaba pero me acuerdo de mi cuerpo y lo encuentro en tu cama, todas las veces, después años así me vuelvo a encontrar, pero si me dicen ahora dos semanas atrás, no se ni dónde estaba parado, ni quién era yo, ni quienes andaban por ahí, cómo no se nada desde hace tiempo.
  A veces, en mi soledad morbosa, me encuentro recordando las mañanas en que miraba tú rostro y sentía que no existía criatura más hermosa en el mundo, o de las veces que te olfateaba una y mil veces, tratándome de explicar cómo no tenías ni un poquito de olor a mugre, era como si tu piel se camuflara en distintos aromas todo el maldito tiempo, y te odiaba por ello.
 Solo me gustaría que entiendas, que sepas que para mí nunca nadie te va a llegar ni a los talones, por más que te tiré por la ventana, te suicide, por más que fui una basura, la peor rata, nadie me había hecho sentir eso que vos me diste, nadie había hecho mis sueños realidad, nadie nunca fue tan importante.
 ¿Cambiamos nuestros sueños por planes, verdad? ¿O acaso estoy muy equivocado?, nos volvimos tan malos, dejamos de desear, nos olvidamos de nuestros piececitos fríos acurrucados en la punta junto a la bolsa de agua caliente, yo te dije de recurrir a estrategias, te dije de cambiar de lugar, intente recordar cómo eran esos días, en  que vos salías de tu comodidad y te integrabas a mis condiciones, y venías a mi mundo, te capturaba aquí, justo en mis muros, te cocinaba, te hacía el amor, y dormías en mi cama, y yo era más feliz.
Puedes decir ahora, ya lo sabemos, perdimos o ganamos, eso quiero que intentes decir ahora, yo no me arrepiento de nada pero ¿sentiste melancolía alguna vez?, fue todo tan rápido, digo, si lo pienso me parece ayer que camine cuadras y cuadras, que cruce por debajo de un balcón antes de llegar a vos, y me sentí raro, y sentí como si por dentro sabía que después de pasar por allí, no habría retorno, y cada vez que pasé , que paso por ahí, recuerdo que sentí eso.
Ahora que dejé mi servidumbre tranquila por una libertad peligrosa, trato de entender el masoquismo, trato de saber mientras me encuentro tan diferente, voy por caminos tan lejanos al tuyo, y no lo puedo creer, no lo puedo creer mi amor.










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