viernes, abril 22, 2011

Acá hay bardo

  Vamos a bardear que es bueno olvidar, aunque lo malo de ello es que cuando se recuerda las heridas 
calan hondo en un hoyo que parece taparte hasta los últimos pelos de la cabeza.  Bardear como Lilita, la gorda, que cuando se saca empieza a contar las más osadas conversaciones que tiene con el todopoderoso. 
 Hace un rato en la calle, una de las amigas de Lili me acerco un papel, "Rey de la salvación", decía, yo la mire con una sonrisa dibujada en mi cara, pero con asco por dentro. Me aleje tan pronto la sensación de adentro, se me traspase en los gestos de la cara y la mujer se de cuenta. Quería bardearla, gritarle que era una pelotuda más, y que dónde mierda estaba su rey salvador cuando a otras mujeres como ella, los mismos que hablan en nombre de él, las pisotean como si fueran mierda. Es al pedo, estaban muy ocupadas repartiendo los papelitos de la salvación. 
 Voy a bardear en la forma exacta, de la manera perfecta y en el diámetro indicado. Como esa vez que me deje expuesto en las charlas en las que desnude mis más profundos ósculos. Te escupí mis verdades, me importaba hacerlo desde los más inhóspitos rincones de mi persona, quería que me veas transparente, quería que me quieras por quien en verdad soy, nada de eso sirvió, así que bardié. 
 Hay veces que bardeo olvidando, en mis sesos algo se muere lento en pequeñas porciones, se desprende y cae a la oscuridad. La luz chispotea, siseando, eso que tiene forma de estrella ya no tiene electricidad ;queda humeando en las venas atoradas con sangre. Así muere mi razón con los años. 
El perro bardea menos que yo, años de instinto le avisan aunque no tenga a la razón, el pensamiento, no lo tiene, algo lo resguarda, lo previene, y son esos años de años de ancestros que dejaron en él, la herencia que le indica cuando bardea y cuando no. Al menos eso le ayuda a no ser tan pajero como tantos hombres supuestamente superiores.
Amar es bardear, odiar es bardear, gritar es bardear, drogarse es bardear, acabar es bardear, golpear es bardear, exponerse es bardear, olvidarse es, olvidar es en verdad la cúspide del bardeo constante, olvidar es que no se tiene memoria, que no se tiene corazón, estas seco, no hay nada, sólo bardeo. Lo digo yo que sé.
Lo malo de bardear al olvidar es cuando se recuerda, cuando del fuego intenso las cenizas toman forma de neurona y se prende la luz.  






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