jueves, octubre 13, 2011

Bombardeo en Libia

 Pongo mi mejor cara, tratando de disimular la revolución pero las muecas caídas son más largas y pesan cada vez más. Hay que razonar!, hay que entender este mundo de mierda, vos me decís de cómo viene la mano, yo sólo puedo limitarme a lo que mi cerebro hace. Mi cerebro va en un galpón gigante, allí suceden muchas cosas al mismo tiempo, en una recibe información de lo que mis ojos observan, mis ojos te ven y para ellos no existe criatura más hermosa en el planeta tierra. Observo tus orejas secas, tus ojeras cansadas, tus manos despelechadas, otros ojos de gato montes y la forma perfecta de los bordes de tú boca. Mientras la información de cómo va el mundo del lenguaje y cómo va el mundo de los objetos es interpretada al escucharte, pero a la vez recuerdo, qué me espera mañana y me dan ganas de gritar, me dan ganas de contarte que el parcial me chupa la chota y que mañana mi vida podría cambiar para siempre. Sin embargo estoy ahí con todas esas sensaciones fumando el cigarro que me arme con tus lillos y con tú tabaco, estoy ahí comportándome como se debe, como se espera de mí, hay que aprobar, hay que ponerle garra aunque adentro exista una guerra interna, al mejor estilo bombardeo en Libia. 
No quiero cambiar las cosas aunque estas se cambien solas, las veo moverse a las hijas de puta, las veo actuar y nadie, ni yo, ni vos, las podemos detener, no tengo idea de qué va, tampoco digo que nos lleven a una determinada circunstancia o si esa circunstancia es la que desearía, o sí la semiosis sustituida en la que me transforme para vos tiene buen juicio. Tampoco me interesa, no quiero cambiar las cosas, a veces es mejor dejarlas ahí, intactas, nuevitas, es mejor que me veas el sol pero que no lo toques, sí lo tocarás tus manos quedarían plasmadas ahí, sería una mancha invisible que no se borra nunca, así que yo prefiero mi sol ahí hasta la muerte y no el fantasma de tus manos sobre mi espalda. 
En lo que va del año hice mi mejor esfuerzo para naturalizarte, lo he intentado desde la primera vez que te vi bajando de las escaleras, allá arriba. Me da bronca no poder hacerlo, en el medio mil cosas me sacudieron, año raro ya te dije, pero de algo estoy seguro que entre tantas penas, la misma pena que sentí al escuchar, "se me olvido que te olvide" de Manu Chao y pensé en otra persona, no en vos. Bueno esa misma pena que me recorrió que ni siquiera puede apaniguar tú presciencia pero sí el hecho de que conocerte fue de lo más bonito. Ya no estoy tan vacío, resulta ser que después de todo si sentía cosas, que lo que yo creía que el tiempo y lo cotidiano había matado, ahí estaba durmiendo. 
 Ayer fue un día de mierda,  la lluvia me deprime, las horas las tenía contadas y los verdugos me esperaban, y yo sabía, pero a su salud me entretuve con tú existencia, con lo material y lo simbólico, y justo ahí en ese instante no me importaba más nada, era egoísta, la guerra interna que la chupe, y la guerra de los humanos también pero no las vidas. Gracias, yo con eso fui feliz. 



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