sábado, marzo 31, 2012

Presente Perfecto Continuo

 Sucede que me encuentro de camino a casa, vuelvo con los pies pero siento que floto. Es domingo como siempre, o es un día de la semana no se, la verdad que después de anoche no sé qué día es hoy, ni me interesa, lo que si me importa es que no estoy vacío, es que voy escupiendo flores y demás, voy creyendo que la vida tiene sentido pero es sólo por unos días y después vuelve la realidad a mi cara, me la escupe como Marx me escupe el clasismo, que a la vez hace a mi verdad.  
 El pantalón me parece raro pero debe ser porque nunca lo use de día, el color es raro, el cierre, el cierre no lo había notado nunca. Ahora que camine un poco más puedo saber el por de lo raro de mi pantalón, no importa ahora camino más contento aún. Es la cuadra de los arboles grandes con hojas de otoño, es la cuadra más larga del mundo sin embargo me parece corta en este momento, mi cabeza no esta aquí, se encuentra rodando en tu colchón, se encuentra apoyada en tú almohada, se encuentra perdida entre tus piernas, tengo miedo de tropezar, una mancha más que le va a hacer? que me puede hacer caerme ahora justo o que me choque un auto mientras voy pensando en que sé que te quiero y que no me importa lo otro que duele además. No duelen las palabras, en la vida hay cosas más importantes que una relación de dos personas que se van desdeñando según corren los años hasta no dejar un peldaño de lo que fueron. Hay cosas más importantes, las hay, las busque y encontré todas en los libros de la biblioteca de mi pueblo, ahí leí un librito que decía que la vida cabía en cuatro paredes, allí un ser humano podía desarrollar todo a cerca del mundo, podía realizar sus necesidades más civilizadas e incivilizadas, podía amar, podía escribir todo aquello que vivió por años y después ser raptado por la violencia de Estado, del aparato represivo de un grupo para-policial que en patota rapta para siempre todos esos sueños que se desarrollaron en las cuatro paredes, en las migajas de ese último plato de arvejas vencidas, de diarios de meses anteriores, de frustraciones acumuladas y nunca superadas.  Acabo de tener un flashback  mientras cruzaba por un puesto de revistas, al mirarla a la cara recordé todo lo que flashie, no me choco ningún auto aunque he sentido peores dolores de los choques que no eran físicos precisamente, no duele, no duele voy cantando antes de llegar a esa calle ancha que tanto odio. 
No me gusta calle 1 después de haber pasado las cuadras anteriores, sé que es la linea que me aleja de vos, como que ahora la ciudad queda aún más dividida en fragmentos y estratos sociales, más bajo y más bajo mi mundo no deja de girar, y la burbuja que me arme con tus brazos se rompe como un cristal desordenado por sus partículas, como un cristal que en su estructura interna no tiene átomos, no tiene iones, ni moléculas,no tiene nada, esta vacío el cristal y se rompió como se rompieron tus brazos cuando me soltaste y volví a ser una mitad, un fragmento, un pedazo, como en la teoría del amor de Platón en que soy cortado por los diosos por culpa de mi soberbia y me hacen una mitad, un hijo del sol.  Voy caminando y no en forma de metáfora, voy caminando y de verdad soy del sol que me da al ojo izquierdo y me lo deja ciego, un cigarrillo a estas horas y sin haber desayunado me hace mal seguramente pero en los labios y la lengua tengo el gusto de rico y amargo que me dejaron los mates que me tome con vos, y no es para pasar por alto que cuatro años después es la primera vez que nos sentamos a compartir algo más que no sea el roce de nuestros cuerpos. 
En este mismo momento tengo los auriculares incrustados en las orejas y revientan todo mi sistema nervioso, no quiero pensar más, solo me abstengo a mirar como mis zapatillas raspan al asfalto para no sentirme obsoleto,   para no sentirme apagado que aunque no lo logré encender el fuego de tus adentros en las venas me corre la sangre, en las venas me arde el calor de un cuerpo que se crió al azar de un tiempo despiadado que no pudo detener ni el calentamiento global. Y miro ese edificio de décadas, que estuvo ahí inmune antes de que yo existiera y seguro estará ahí cuando yo ya no esté más y eso me hace volver a sentirme insignificante, eso me hace sentir que tengo fecha de vencimiento a pesar de mi juventud, latente me queda la idea de que tengo la capacidad de hacerlo explotar, de tirar una bomba molotov y que vuele en pedazos lanzando piedras y restos de seres humanos al sacrificio de todas mis frustraciones más egoístas, pero no soy una mala persona, y además eso no cambia en nada la situación en que me encuentro, no cambia mis piernas que ahora no parecen flotar como hace un rato, no cambia el hecho de que no me quieras. 
 Recuerdo que anoche te pregunte cómo era para vos estar bien con alguien, trato de recordar que me dijiste además de murmurar la canción que me suena, trato y no puedo, además tengo que saber qué verduras comprar de los cajones que las exponen, voy a tratar de ser cordial con las señoras que atienden, en estos momentos puedo ser brusco, ya no vomito más flores a medida que me alejo de vos, y más aún en los segundos en que sé que hablabas de amor y no de mí, no entraba yo en el encuadre de ese concepto. Al menos sí estuve presente cuando optaste por comprar chocolates para ambos, y yo pensé en darte los dos para que así las endorfinas que me recorren cuando me miro en tus ojos te anestesien ese pecho impenetrable como un muro al que nunca puedo llegar, al que nunca nadie pudo llegar en verdad.  
 Mis ojos giran a un costado, mi amiga me observa llegar mientras tira unas cajas y vuelve rápido al trabajo, no le voy a comprar nada así que pienso seguir ya me falta poco para culminar en el departamento, tengo calcado el mapa, que se abre como un laberinto y me muestra las imágenes cotidianas que me recorren cuando veo el verde de los cuatro monoblocks, no estoy triste solo es cansancio, solo es sueño, quiero tocar mi cama y dormir por un rato más, así de paso ahora le toca a mi subconsciente verse con vos.   

No hay comentarios: