martes, julio 19, 2011

let me kiss you

Las veces que recorrí esa calle esperando cruzarte nunca te encontré, (la 44), había incontables figuras que no eran personas caminando a mis costados, yo sólo miraba para en frente, una de las noches más frías como tantas otras, pude verte, en esa esquina de mala muerte. Te observe con ese abrigo grande y el rostro cansado, tus ojos tenían ese mismo brillo de siempre, y yo estaba decidido a decirte la verdad, a decirte eso que por tanto tiempo había callado, pero creí que de nada serviría, no lo hice y al parecer no me equivoque. Como dicen, es mejor hacer algo y arrepentirse de hacerlo, que no hacerlo nunca, aunque sé que las cosas no hubieran salido como yo quería tendría que haberlo dicho, y por ello hoy me duele aún mi cobardía. Me fui esquivando la lluvia con una sola pregunta, el qué hubiera pasado si, lamentándome por siempre quedarme en eso y sin jugar las cartas cuando no tenía nada que perder, esa noche camine y camine sin saber a donde iba por primera vez en mi vida. Pero vos no sabías de eso, así como no supiste nunca muchas cosas más ni las vas a saber, no vas a saber que yo cambie todo lo que tenía por vos, no vas a saber. No te interesaba tampoco, no te interesaba esa noche, sólo más que tú cena mediocre y los quilombos de la escuela, la rutina de mañana quizás, yo tenía miles de problemas más graves y sin embargo estaba ahí poniendo una ficha más al traga monedas que nada de premios daba. Lo que más bronca me da, es que nunca logro sacarte del pensamiento y es como si el corazón hablará ahí, yo en los sesos debería asesinarte y sin embargo sólo me recorren imágenes de lo feliz que soy con vos, en tus brazos, a la hora de la cena y tomando algo, claro que son meras alucinaciones mías y que nada ello ocurrió. Todas las veces sólo me quedaba soñar, con que después de verte yo no me iba, con que después de verte vos me llamabas, con que después de encontrarte con una copa en la mano vos corrías detrás de mí, y no te quedabas así entre la muchedumbre, con la mirada perdida; como si tú vida no tuviera propósito alguno. La única forma de revelarte son las drogas, verdad, o ese poquito que consumes, un 25, ponele. O la típica de prenderte el pucho pero fumarlo.
Hace un rato escuche que los amores imposibles son los únicos que no se olvidan nunca, pero ahí entraría en ver si este fue un amor imposible ya que no fue mutuo, amores imposibles son aquellos que son correspondidos y por culpa de otros no pueden amarse, y por ello nunca se olvidan. Ya esta, la solución, la respuesta es, la culpa la tuvo la sociedad de mierda en la que vivimos, y listo, tengo ganas de decir que la vida, pero la vida es hermosa, y no tiene nada que ver. Entonces voy a intentar creer que si la situación de un montón de porquerías en nuestro entorno, hubieran sido distintas, por ahí, entre millones de posibilidades, vos me hubieras querido como yo lo hice. Me da risa pensar que al principio era como si no supieras besar, era como si de a poco te fuiste amoldando, las canas te iban sentando mejor y la sonrisa había dejado con los años esa mueca opaca. Es gracioso ahora lo cuidadoso que fui en no demostrarte lo vulnerable que era, lo propenso a tus actos, eras esa criatura con las pupilas fijas y con apariencia de no tener especulación alguna, así como yo no tenía ninguna adentro del afecto que tenía y que tengo.
La última vez que te volví a ver me sentí miserable, entre el montón logre encontrarte como la curiosa mañana esa de tú cumpleaños, no si yo soy completo. Bueno te volví a ver y las entrañas se me doblaron, recordando el sabor amargo del alcohol en mí y lo dulce de tus besos, yo iba en colectivo, iba para adelante el colectivo que me llevaba, vos sin embargo cruzabas la calle en otra dirección.

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