jueves, enero 13, 2011

Huelo

Siempre que estoy en mi lugar los olores me persiguen, es cómo si les gustará jugar conmigo y trasportarme a distintos destinos de manera instantánea, me llevan de viaje para dejarme pensando como loquito. Quedé loquito la tarde qué camino a lo de mi abuela, el olor de la tierra mojada perforo mis pulmones, y me sentí adicto, y sentí el pasado, se me vino la infancia a la mente, comprendí cuanto en realidad había extrañado eso, esto, el lugar del que soy, a lo único que pertenezco, aunque me guste desprenderme. Sin ir más lejos, hoy por ejemplo sentí un olor extraño y miré el techo, y no sabía bien que olor era ese pero si sabía bien qué me recordaba ese olor o mejor, a quién me recordaba, lo supe, lo supe muy bien. Debe ser que tengo poco olfato, por ello me cuesta descifrar los olores, saber bien de qué son y las pocas veces que puedo sentir y saber de dónde vienen, o si me gustan o no, las pocas veces, me dejan pensando, me hacen sentir cosas que se expanden y me abren la cabeza, me cuelgan por un buen toque, es un shock.
Tengo fragmentos en los que recuerdo lo que recordé las veces que sentí determinados olores, fragmentos en que esos olores se vuelven a reproducir en mi mente y entran nuevamente por mis fosas nasales para repercutir en mi estomago, en mi ser. En esos lapsos algo adentro me deja atónito, me vuelve inmóvil en mis entrañas, me exacerba, me desvela, me vuelve inmaterial. Esa vez que iba caminando y en medio de la calle sentí olor a esperma, por ejemplo, y me quedé helado, sorprendido, y era olor a “esperma” en medio de la calle, yo estoy loco, pensé, y para confirmar si estaba loco o no, lo primero que hice fue preguntar si era así, y me confirmaron que no estaba loco, que en efecto era ese olor. Otra vez sentí olor a pija en el sillón de mi abuela, si, así fue y quede adormecido y con cara de asco, yo no quiero pensar que mi abuela se estuvo revolcando con alguien, no se, no es algo que me moleste ni me parezca mal, de hecho también pudo haber sido alguna de mis primas con un chongo, pero ese olor en ese lugar y momento, me descoloco.
Yo le decía a un amigo, le comentaba a cerca de un olor, que me gustaba mucho, así como somos seres únicos, el olor en particular que despliega cada piel, lo es también. Entonces le decía que había una piel en especial que su olor me volvía loco, ja, y el no entendía eso, me decía, “-¿Cómo? ¿Te gusta su perfume?-“, no sabía qué era, cómo era, nunca había captado eso, hasta que después de la charla que tuvimos, vino y me dijo que ahora se había dado cuenta. Lo loco para mí es que a mi nadie me dijo presta atención a esto, fue innato en mí, lo es todo el tiempo, lo fue toda la vida.
Los olores de las rosas me espantan, no me dan asco pero asustan, me corren, cuando de la nada me vienen a la nariz esos olores, me quiero meter en una burbuja, no se, me dan mucho miedo, a veces en tranquilidad absoluta de mi soledad morbosa ese olor en particular, a rosas, se me viene de la nada y yo empiezo a mirar para todos lados y no entiendo nada. La nafta si me da asco, me hace doler la cabeza, de niño en los viajes de verano con la familia, mi madre sostenía mi cabeza que colgaba de la ventana de la camioneta mientras yo vomitaba asqueado por el olor de la nafta, era el olor lo que me hacía vomitar.
Debo culpar a mi madre entonces, estoy seguro que de ella herede el olfato, el poco olfato que tengo es muy agudo y puede expresarse en mí de maneras impensadas, puede desflorar sentimientos horribles en mí, como la pobreza, el capitalismo, la puta sociedad, una canción, y el amor.

No hay comentarios: